Con el empate de anoche el Atlético de Madrid del Cholo Simeone suma cuatro puntos de los últimos quince posibles. Dicho así suena escalofriante. Dicho de otra manera suena mejor: de cuatro partidos solo hemos perdido uno, contra el Barça en casa, por un gol de diferencia con algunas polémicas (fueras de juego inexistentes, penaltis no vistos, gol de falta de Messi de dudosa legalidad). Suena mejor. El Colchonero se debate estos días entre esas dos ideas. Vaso medio vacío o medio lleno. Y yo creo que las dos perspectivas son erróneas a día de hoy.
Hoy voy a hacer algo que suelo criticar. Consiste en explicar algo lógico y al alcance de los demás, nada del otro mundo. Algo que haría cualquier meapilas de la prensa deportiva para salir del apuro. Pero lo haré de igual forma porque que zanja el tema del manido vasito. Me explico: se verá a final de temporada si esta racha ha sido buena o mala, dependiendo del puesto que ocupen los rojiblancos (soy un genio, no?). Si se consigue el objetivo de la Champions (ahora a cuatro puntos. Si el Levante gana ante el Betis a cinco), mejor aún si es siendo terceros con el billete directo al sorteo de grupos, habrá sido una buena racha. Consiguiendo empates ante rivales directos como Sevilla o Valencia, disfrutando de un competitivo partido ante de los Guardiola de por medio.
Si por el contrario no se consigue el objetivo se lamentarán y mucho los puntos perdidos en Santander, Gijón o en casa frente al Valencia. Capitán Obvio me llaman. A veces la simpleza tiene la respuesta. Yo no necesito justificar que este contento o no con estos resultados. Simplemente espero, porque los objetivos no tienen porque estar aquí, en estos partidos. Por el contrario, pueden haber sido cruciales de cara al éxito o al fracaso.
Hay que ver como sale el equipo de esta racha. El Atlético sigue manteniendo lo prometido en los primeros encuentros de este nuevo equipo técnico: compromiso, trabajo, pasión y la magia justa para conseguir dañar a la defensa rival. Un equipo práctico, acorde a las necesidades, que no consigue dominar por completo los partidos ante rivales inferiores, y sufre con los rivales de su nivel o superiores. No perdiendo en ninguno de los casos la competitividad. Cosa que celebramos por ahora.
Lo primero es zanjar la eliminatoria frente al Besiktas, equipo duro, pero inferior. Sorpresas en Europa League siempre las hay. Lo segundo es volver a la senda de la victoria en Liga y aprovechar el calendario, que excepto Real Madrid no plantea ningún reto fuera del alcance.
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