Cuando a los cinco minutos el Atleti ya iba por detrás en el marcador a todos nos vino una sensación de déjà vu acojonante. El equipo había salido dubitativo, con un Courtois que no mostraba su valentía característica y, cuando lo hacía, no atinaba a despejar con solvencia, y, sobre todo,una defensa que dejaba mucho que desear. Pero llegó Arda Turán y con un pepinazo igualó la contienda en el ecuador de la primera parte. El marcador no se movería más.
Los de Diego Simeone fueron los dueños del balón, pero apenas creaban ocasiones de peligro. Además, a excepción de la ocasión de Arda y un tímido intento de Tiago, nadie más probó a Munúa.
Las buenas noticias vinieron de la mano del debut de Óliver y Kader, quienes tuvieron unos minutos en la segunda parte; las malas las trajo el árbitro, que no vio una agresión de Munúa a Godín que habría supuesto la expulsión del portero uruguayo y el consiguiente penalti.
Queda mucho por mejorar...
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