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La contundencia del Campeón


El Atlético de Madrid se convirtió ayer, dos años después de conseguirlo por primera vez, campeón de la Uefa Europa League en Bucarest. Y lo hizo con autoridad, dominando a su rival desde el principio, atacando como un león hambriento y defendiendo como espartanos. Falcao marcó la diferencia, pero todo el equipo estuvo de diez.
Como decíamos, el Atleti salió al partido con la victoria entre ceja y ceja, presionando a su rival desde el minuto uno y, sobre todo, siendo efectivo en el área. Al minuto, Adrián tuvo la ocasión de abrir el marcador tras un robo de Arda Turán en el centro del campo, pero el cabezazo del asturiano salió muy desviado. A los cinco, Diego también lo intentó, pero sin éxito. Un minuto más tarde llegó el primero: el propio brasileño servía un balón en profundidad a Falcao, que logra pisar área, pero le cierra Amorebieta. El colombiano amaga el pase, se hace un hueco y no se lo piensa dos veces, ¡pum!; el Atleti por delante.
El Athletic tenía que dar un paso hacia adelante si quería llevarse la copa, pero fueron Godín, Miranda, Gabi y, sobre todo, Mario Suárez quienes que lo dieron. Los centrales ganaban una y otra vez la partida a Llorente, mientras que el centro del campo se dejaba los cuernos en cada acción, impidiendo trenzar a los bilbaínos. Courtois también fue el de las grandes citas y sacó con solvencia un venenoso disparo de Muniaín. Pero entonces, volvió a aparecer Radamel.
Amorebieta se puso a mamonear al borde del área, Miranda robó y cedió a Turán, quien sirvió un balón al punto de penalti, donde esperaba Adrián para matar. Pero Falcao, que tiene el gol entre ceja y ceja interceptó el balón con la derecha, se lo cambió de pierna en un movimiento de ballet y ¡pum! de nuevo el éxtasis volvía a la grada.
Tras el descanso, Bielsa reaccionó, sacando a Íñigo y a Ibai (el mejor del Bilbao ayer) y al primer minuto a punto estuvieron de recortar distancias, pero Miranda apareció en el momento justo para evitar la desgracia. No fue el único aviso vasco, pero de nuevo la defensa rojiblanca y un Courtois que se mostraba el rey del aire, impidieron anotar a los vascos. La más clara la tuvo Susaeta en el 77', pero el belga, una vez más, estuvo soberbio.
Falcao casi hace el tercero, pero el honor fue para Diego, quien culminó una gran jugada personal mandando el balón a las redes de un Gorka que al término del partido tenía sus guantes impolutos (¿el ¡pum!? ahora no sé dónde ponerlo).
El Atlético de Madrid es justo vencedor de una competición en la que ha arrollado en todos sus cruces, ha logrado doce victorias consecutivas (récord histórico), ha logrado diecisiete victorias (récord histórico), Adrián se ha convertido en el máximo goleador español en una temporada en Europa con once tantos, y ha vuelto a hacer felices a millones de personas de todo el Mundo.
El 31 de Agosto se disputará la Supercopa de Europa ante Chelsea o Bayern, siendo éste el preferido por los aficionados, que intentarán tomar su vendetta treinta y ocho años después.
Como bien dijo Luis Aragonés, "Si el Atleti es el pupas, el resto qué son, ¿el costrás?".
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El Señor dijo:"Santificarás las fiestas"

Y vaya si santificaron los de Diego Pablo Simeone. La Comunidad de Madrid celebraba hoy la fiesta del 2 de Mayo, y los pupilos rojiblancos, muy cristianos ellos, pensaron que era una tremenda falta de fe jugar hoy al fútbol, por lo que salieron al césped en cuerpo (algunos), pero no en alma. La Real se llevó merecidamente un punto cuando el partido agonizaba merced a una carambola en la que Courtois y Juanfran hicieron gala al mítico cuadro de Goya del 2 de Mayo...
Salió el Atleti con ganas de pelear la Champions ante un rival que no se jugaba "nada más" que el honor, pero no inquietaba ni una migaja a Claudio Bravo. Montanier plasmó sobre el campo un planteamiento defensivo en el que la premisa era no dejar pensar a Arda y a Adrián (Diego no fue de la partida) y lo cierto es que le salió a la perfección.
Sin nadie que le pusiese balones, Falcao se moría del asco, y la única que tuvo la desperdició con la zurda. Del centro del campo (Mario, Gabi y Koke) mejor no hablamos, porque como tengamos que recordar que son ellos los que nos tienen que hacer campeones en Bucarest igual el Prozac pasa a ser más consumido que la Coca - Cola...
Aún así, la Real se empeñaba en defender, pero era nula ofensivamente. Nos fuimos al descanso sin que los locales tirasen alguna vez entre los tres palos. 
En la primera de la segunda Arda se sacó una volea que por poco mata al recogepelotas que se pone en el córner. Los de Cholo seguían y seguían intentando entrar por el centro, sin darse cuenta que ante el autobús que tenían plantado los donostiarras lo mejor era pegarla desde fuera. A Gabi pareció encendérsele una bombilla sobre la cabeza sacándose un zurriagazo ante el que nada pudo hacer Bravo. Uno cero y parecía que la cosa se le ponía de cara; pero con el Atleti de por medio, como que no.
El propio Gabi se vistió de villano y se autoexpulsó; además, cuando salió Diego tampoco mejoró la situación y ante el miedo al empate, Simeone dio entrada a Godín por Falcao. La expulsión dio alas a la Real, que de tanto intentarlo logró su objetivo merced a un córner en el que Courtois (¿Otro año para pulirte los errores y que te disfrute el Chelsea? No, gracias) volvió a demostrar que ha llegado fatal a este último tramo de temporada y Juanfran, en su intento de despejar el balón que tenía que haber atajado el belga, regaló a Vela (que acababa de salir) para dejar a los madrileños, salvo milagro, sin Champions.